
España ha regresado al primer lugar de la lista de la Unión Europea de países con más trabajadores forzados a trabajar a media jornada por falta de oportunidades laborales. Suman 1,14 millones de subempleados, el 5,2% del total de ocupados. Un dato aún más llamativo porque nuestro país dista mucho de ser el que tiene más empleados a tiempo parcial: suponen el 13,8% del total, muy por debajo de la media de los Veintisiete. Pero para cuatro de cada diez de ellos no es una elección, sino una vía directa a la precariedad laboral.
El dato también nos dice que nuestro país se ha estancado en la mejora de un indicador que sigue muy lejos de los niveles previos a la la crisis financiera, a pesar de la intensa creación de empleo de los últimos años. Desde la reforma laboral de 2021 el Gobierno parece dar por amortizada la cuestión de la calidad del empleo y ahora prefiere poner el foco en la reducción la jornada máxima legal de 40 a 37,5 horas semanales (si bien hay dudas de que esta prospere ante el rechazo explícito de Junts).
Aunque más allá de las cuestiones políticas, la duda es si la próxima gran reforma del mercado laboral debe centrarse en reducir el tiempo de trabajo cuando somos el país con el mayor porcentaje de ocupados cuyo problema es exactamente el opuesto: no poder trabajar más horas.
Es cierto que el incremento de los ocupados, que se acerca a la barrera de los 22 millones, ha repercutido en un incremento de los ocupados a tiempo parcial, que a cierre del pasado año superaron por primera vez los tres millones. Sin embargo, su peso sobre el total del empleo, del 13,8% es inferior al registrado antes de la pandemia y durante la crisis financiera.
Además, queda muy por debajo de la media europea, que alcanza el 18,7% y la zona euro, donde llega al 21,4%. Aunque economías como Países Bajos llegan al 42,7% y en Alemania se sitúa en 30,8%. Así, nuestro país queda en el decimotercer puesto entre los 27 por peso del empleo a tiempo parcial.
Lo que no encaja entonces es que nuestro país tenga una mayor tasa de subempleo que cualquiera de nuestros vecinos. Eurostat define esta variable como los trabajadores a tiempo parcial que quieren trabajar más horas y están disponibles para hacerlo. Este porcentaje se calcula sobre el total del empleo, no solo sobre los que trabajan a media jornada.
Los datos a cierre de 2024 muestran que España supera a Países Bajos, que registra un 5,1% de subempleados a pesar de que cuatro de cada diez ocupados son a tiempo parcial.
Minijobs y FP Dual
La explicación más directa es que en España el tiempo parcial no es una alternativa favorable para muchos trabajadores. Mientras en otros países se utiliza no solo para conciliar sino también para que los jóvenes que compatibilizan estudios y empleo, lo que explica los altos volúmenes alcanzados en Países Bajos o Alemania, economías con un elevado peso de la denominada formación dual.
Dichos países también han estimulado la contratación a tiempo parcial, algunos con modelos tan polémicos como los 'minijobs' instaurados desde 2003 en Alemania: empleos temporales de corta duración y a tiempo parcial y pensados originalmente para trabajadores en los años previos al retiro. Pero esta fórmula no parece estar causando un problema de subempleo similar al de España.
En España, el problema es la falta de oportunidades. Algo lógico en el país con mayor número de parados de la Unión Europea, pero que no se limita solo a la dificultad por encontrar empleos a tiempo completo. También a la falta de recursos para cuidar a los hijos y dependientes. Las mujeres son las más afectadas por las responsabilidades familiares y asumen el sacrificio de reducir su jornada, pero la pérdida de salarios también merma las economías de los hogares. Algo que dejan claro las cifras de subempleo: afectan al 8,1% de las trabajadoras, casi dos puntos más que en Países Bajos, mientras que entre los hombres cae al 2,7%, un punto porcentual menos que entre los neerlandeses.
Un análisis de la serie histórica, que se remonta a 2008, muestra que España siempre ha tenido un problema con el subempleo, pero menor al de economías como la holandesa, la alemana, la francesa o la sueca, e incluso empezaba con la media de la zona euro. Casi dos décadas después ninguna de estas economías, salvo España, está en posiciones de cabeza y han sido sustituidas por Países Bajos, Finlandia o Dinamarca, aunque todos ellos mantienen un peso del empleo a tiempo parcial superior al nuestro.
Como se ve en el gráfico, esta no es la primera vez que España se corona como campeona de subempleo. Ya lo hizo durante la crisis financiera y en los primeros momentos de la recuperación. En 2014 la tasa llegó al 9,5%. Esto implica que muchos trabajadores cayeron en empleos de mala calidad por falta de oportunidades. Y no han vuelto a la situación precedente.
El empleo parcial más precario
La tendencia se fue corrigiendo con lentitud y la tasa solo se había reducido al 4,9% a finales de 2023. Pero en el pasado año, la mejora se ha frenado, lo que nos ha devuelto al primer puesto de la UE, superando en una décima a Holanda. Pero esto no debería llevarnos al error de pensar que nuestra situación es comparable. Países Bajos tiene una de las tasas de paro más bajas de la UE, un 3,9%, mientras España aún registra un 10,9%. Y, como hemos visto, su porcentaje de subempleo es incluso reducido para su elevado volumen de ocupados a tiempo parcial.
Así, las cifras enumeradas suponen que el 37,9% de los trabajadores a tiempo parcial españoles quieren trabajar más horas y están disponibles. Es el porcentaje más alto de la UE. Pero en Países Bajos apenas llega al 11,9%. Los únicos países que superan el límite del 30% son Grecia, Rumanía y Portugal. Lo que refleja una relación con el empleo a media jornada alejada de las grandes economías europeas.
En este escenario, ¿contribuirá la reducción de la jornada a corregir las cosas? Está por ver si el texto tiene impacto en estos porcentajes, aunque a la espera de conocer el texto definitivo –y si supera el complicado trámite parlamentario–, tendrá un impacto positivo en los salarios de los trabajadores a tiempo parcial, ya que la empresa no podrá reducir las horas para ajustarlos al nuevo margen legal. Así, de hecho, ganarán más.
Pero parece una mejora escasa tanto para reducir el subempleo como para equiparar a España a las principales economías de la UE, tanto en porcentaje de tiempo parcial. Con una tasa de paro de doble dígito y sin un plan de choque para incentivar la contratación a jornada completa, parece difícil que nada cambie, pase lo que pase con la que el Ejecutivo considera ahora su 'medida estrella' en materia laboral.